Es tradición en muchas localidades de la comarca del Valle del Guadiato el acudir al campo en la celebración de las Pascuas, haciéndose extensivo este proceder incluso al fin de semana siguiente a las mismas. Esta jornada de campo, motivada quizás por las ganas de los vecinos en realizar una salida al entorno natural tras un invierno sin poder disfrutar del mismo, es aprovechada como momento de recreación y de reencuentro, una forma de confraternizar con otros familiares y vecinos. Todos buscan una encina que les de cobijo del sol y donde asentar su espacio familiar y una vez allí, el terreno entre árboles queda como un inmenso terreno de juegos.
Cada municipio tiene sus constumbres y evoluciona de manera distinta, teniendo por tanto procederes distintos en sus festejos, en su cultura, en su aprovechamiento del tiempo libre. Los juegos populares son una caracteristica diferenciadora de las constumbres de un pueblo, nacen de su historia y evolucionan con sus constumbres.
Las Pascuas son uno de los momentos de mayor exaltación de los juegos populares de un pueblo, esos momentos en que se transmiten los saberes, las habilidades y los valores generación tras generación. Pero, ¿se está realmente produciendo una transmisión de saberes, habilidades y valores en estas fechas? ¿se aprovechan las Pascuas y estos momentos de encuentro para llevar a cabo juegos populares? La respuesta puede estar en boca de todos , tan solo debemos tener presente que actividades lúdicas desarrollamos en estas fechas. Hoy día, la pelota ha ganado el terreno libre entre encinas y no se da pie a ver nada más, o casi nada más. Los niños juegan a lo que ven en la tele y no a lo que juegan sus padres o los han visto jugar.
Esta es la cuestión de esta entrada en el blog y que debe hacernos pensar. ¿Qué estamos dejando a nuestros hijos y futuras generaciones? ¿Donde asentará su identidad una población que no conoce su pasado? ¿Podemos revertir esta situación y favorecer los juegos populares de nuestro pueblo?
Quizás todavía estemos a tiempo de reconducir esta situación, todo es cuestión de involucrarse, padres-madres, vecinos y administración local. A lo mejor llega un día en que podamos decir que las Pascuas son fechas de juegos populares.